De las pocas veces que he podido asistir a la salida de la procesión de La Caída, siempre después de mi salida procesional corría a desvestirme de mi túnica y descansar un poco para seguir con el ajetreo del Viernes Santo. Este año los pronósticos meteorológicos nos daban para el medio día lluvia, y aprovechando que estuve hasta que se encerró Jesús, me quedé en santa María y posponer el descanso para después. Acerté, pues irremediablemente se cumplieron los malos augurios y descargó un fuerte chaparrón cuando subía La Caída por la Corredera, y tuvo que acogerse en la Iglesia de La Trinidad.
Lástima que siempre los horarios nos apremien en estos días y tengamos que perdernos momentos semana santeros de intensa emoción y belleza. La salida del hermoso cristo nacido de las manos de Benlliure, nos produjo bellas y emocionantes imágenes que afortunadamente quedan en nuestra memoria y en nuestro objetivo y que esperamos volver a repetir.
Cámara Olympus E-410, objetivos Zuiko, 14-42 mm y 40-150 mm.
Pulsando sobre la imagen se accederá a la galería.
Lástima que siempre los horarios nos apremien en estos días y tengamos que perdernos momentos semana santeros de intensa emoción y belleza. La salida del hermoso cristo nacido de las manos de Benlliure, nos produjo bellas y emocionantes imágenes que afortunadamente quedan en nuestra memoria y en nuestro objetivo y que esperamos volver a repetir.
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